¿Quién es
Pepe Romera?
¡Muy buenas! Aquí Pepe Romera, un apasionado de los negocios digitales y las ventas online.
Aunque seguramente me conozcas por “ese tío del Video Marketing”, la verdad es que detrás de mi marca hay un negocio mucho más complejo y con una misión mucho más elevada: ayudarte a conseguir resultados lanzando tu proyecto digital.
Mi historia empieza con el peor error de mi vida.
Voy a empezar por lo peor, porque creo que a ambos nos puede ayudar a ahorrar tiempo. Aunque nadie lo diría, viendo mi carrera profesional, yo soy Ingeniero Técnico de Telecomunicaciones por la rama de Sonido e Imagen.
Efectivamente, soy teleco.
¿Y por qué digo que fue el peor error de mi vida? Porque cuando terminé el instituto y me tocó escoger lo que iba a ser el resto de mis días en este mundo (vaya panorama) yo tenía una única obsesión: trabajar en lo audiovisual.
Pero mi nota de Selectividad no estaba tan de acuerdo.
Así que acabé con mis huesos en una carrera llena de ecuaciones diferenciales, derivadas, longitudes de onda y demás cosas que poco o nada tenían que ver con lo que yo quería hacer, pero me permitió ganar una independencia que ansiaba (me fui de casa de mis padres a los 18 y ya nunca más volví) y sobre todo aprender una gran lección: no gastes ni un segundo de tu tiempo en algo que no te hace feliz.
El mismo día que vi mi último examen aprobado, llené el carro de la compra con todos mis apuntes y los bajé a la basura. Comenzaba mi nueva vida, y ahora iba a decidir yo qué aprender, y a qué dedicar mi tiempo.

Ventas Digitales para ayudarte a vivir de lo que te apasiona... sin límites.
Es curioso como toda mi carrera profesional se la debo a aprendizajes que he hecho por mi cuenta: edición de vídeo, marketing, ventas, automatizaciones, mail marketing, negocios… todo lo he ido aprendiendo a medida que avanzaba por mi nueva vida.
Pasé por productoras de vídeo, televisiones, aprendiendo ese lenguaje no escrito que se usa para convertir un vídeo en una pieza de venta irresistible.
Sin darme cuenta ya estaba aprendiendo Video Marketing.
Por mi camino se cruzaron dos protagonistas importantes: las redes sociales y la formación. El primero me ayudó a crear una marca personal sólida basada en lo que más me gusta (por eso es fácil encontrar artículos y entrevistas mías hablando de Video Marketing de hace 10 años), mientras que la segunda me descubrió mi verdadera pasión, y a lo que iba a dedicar el resto de mis años: compartir conocimiento a través de mis formaciones.
Pasé varios años impartiendo clases de todo tipo, siempre presenciales: desempleados, universitarios, empresarios y por supuesto formaciones in company para empresas, incluso estuve viajando a Colombia varios años para dar clase en un par de universidades de allá, pero no fue hasta juntar mi marca con mi conocimiento cuando yo desataría mi verdadero potencial, lo que sucedería a través de mis formaciones.
Entraba en el mundo de los negocios digitales y los infoproductos.
Mi primera hostia: Lo que pasó cuando me alejé del ruido y me centré en lo mío.
No pasarían muchos años hasta aquella tarde de abril en la que yo corría por los pasillos de una universidad de Barcelona con mi portátil en la mano. Tenía a más de 300 personas esperando en un directo y la conexión había fallado: mi objetivo era llegar sin desmayarme hasta mi hotel y terminar el directo.
Poco, pero vendí.
Me gustaría haber terminado esta historia con “al final todo fue bien, vendí mucho y la vida fue maravillosa”, pero la verdad es que en esos momentos me encontraba en números rojos. No sé si alguna vez te ha pasado, pero es jodido que te cagas. Significa no poder pagar nada. Ni un imprevisto, ni Internet, ni un café.
Y aunque tuve un momento de bajona bastante malo, me sacudí el polvo y seguí trabajando en mi proyecto. No sabía muy bien porqué, ni como, pero alguien me dijo una vez “si quieres que el agua hierva lo último que debes hacer es quitarla del fuego”, así que hice lo más sensato que pasaba por mi cabeza: alejarme del ruido.
¿Qué es lo primero que hice? Dejé de seguir a todo el mundo. Me desuscribí de todas las listas y dejé de seguir en redes a todos los gurús. Estaba harto de tanta newsletter restregándome éxitos increíbles, recetándome fórmulas mágicas para facturar desde la playa, o el cochazo de turno.
Todo eso no me hacía sentir bien. No me ayudaba a avanzar.
Empecé a hacer directos todas las semanas para aprender qué esperaba la gente de mí. Cada jueves lanzaba el mismo Webinar (insisto, en directo) a un público nuevo. A veces hasta hacía dos directos en el mismo día. Esto significa que hacía un primer Webinar para España de 19h a 21h, me iba a mi casa, me duchaba, cenaba, me acostaba… y a las 01h me levantaba para estar en directo a las 02h para Latinoamérica.
Algunos no se lo creían, pero cuando les contestaba personalmente a las preguntas tenían que aceptarlo: estaba a las 5 de la mañana en directo desde mi oficina.
¿Consecuencia? En menos de un año ya había facturado más de 100.000€ con ese mismo producto. Se abría ante mí un nuevo mundo de conocimiento y mejora constante.
Lo que vino después es una mezcla entre querer seguir creciendo y dejarse llevar, cosa que me define bastante bien: más formaciones, más equipo, más alumnos y clientes, nomadismo digital, eventos… y muchas ganas de aprender.
Esta parte de la historia siempre la nombro en mis charlas y formaciones porque quiero trasladar un mensaje de optimismo: las cosas no siempre salen bien a la primera, pero está en nuestra mano el seguir en ello sin perder el norte ni quemarnos por el camino.


El fruto de todo mi trabajo: Instituto de Vídeo Online.

Los siguientes pasos estaban más o menos claros. Yo sabía que si mi negocio, equipo y oferta formativa iba a seguir creciendo, tarde o temprano mi marca se iba a dividir en dos, para separar todo lo que tenga que ver conmigo de lo que tenga que ver con mis formaciones.
Que somos lo mismo, pero cada uno necesita su espacio.
Después de tantísimas horas impartiendo formación presencial, de compartir conocimiento en charlas, talleres y clases virtuales. De asistir a eventos de alto prestigio (algunos me gustaron más que otros) y de ser mentorizado por algunos de los referentes del sector del infoproducto y los negocios… tenía que crear una plataforma para darle salida a todo mi trabajo de una manera ordenada y coherente.
Nacía el Instituto de Vídeo Online.
Una plataforma donde migrara los más de 2.000 alumnos formados hasta ahora, y poder agruparlos para darles cobertura con una experiencia 100% única.
O al menos así la vemos nosotros.
Y sí: ahora hablo en plural.
Porque yo soy Pepe Romera, pero no soy una isla. Sería estúpido por mi parte decir que he llegado hasta aquí yo solo. He tenido gente a mi alrededor que ha complementado con su mejor versión aquello en lo que yo flojeaba. Porque yo no sé de todo, pero créeme: lo que sé, lo comparto en mi Instituto.
Me encanta lo que hago, y voy a tratar de hacerlo cada vez mejor.
Pepe Romera
PEPE ROMERA
